DESAFÍO DÍA UNO: ¿QUÉ HISTORIA QUERÉS CONTAR?

 Me interesa escribir ficción, fantasía o fantasy. Algo de épica que mezcla ciencia ficción con magia, un tipo de historia como esas con las que crecí, por ejemplo, SW tiene mucho de eso.

Entre las varias historias que tengo rondando, debería sentarme y escribir de una vez Niji, pero la verdad es que he perdido el ánimo para esa historia. Cada texto nace con un momento particular del estado de ánimo, no las planeo demasiado, y eso, para algunos, es un error. Pero me es difícil planificarlo todo, armar un cuadro y poner a los personajes en moldes de los cuales no deben salirse. Muchas veces comienzo a escribir con una historia en la cabeza, pero la trama y los personajes se van por otro, y si bien podría volver y escribir como había pensado, no se siente adecuado.

Hace unos meses volvió a mí una idea que tuve cuando tenía ocho años, y hoy supongo fue inspirada por una visita al museo de ciencias naturales de mi ciudad. En esa época, era una enferma de los caballos, casi todos ms juguetes eran caballos, tenía como cinco mulecos de Mi pequeño pony (estamos hablando de 1988, la generación original) y había creado todo un mini universo entre mis ponis y los caballos que tenía aparte.

La historia que imaginé en ese entonces era una niña que visitaba un museo, y en una parte se exponía el esqueleto de un unicornio. La niña consigue tocarlo y eso provoca el renacimiento del unicornio, el cual busca a su compañera perdida (evidentemente, la niña es la compañera perdida, renacida en humana a través de las eras). Supongo que la historia nació de un deseo escapista, como toda historia de este tipo nace. Deseaba huir de mi solitaria realidad, y donde solo me sentía feliz y cómoda estando en la escuela, con mis amigos, o estudiando, sin que nadie me estuviera gritando, pegando o sintiéndome terriblemente sola. Yo nunca fui una persona particularmente especial, que se destaque en alguna cosa, a pesar de que, a esa edad, nos lo creemos. Soñaba, como casi cualquier niña, con mi príncipe azul, un arquetipo sin rostro que me rescataba de mi hogar infeliz.
Podría salir una historia interesante de acá, aunque no sé qué tanto les gustaría a los padres que la leyeran sus hijos. La idea es que la niña se enfrente al dilema de volver a ser un unicornio y dejar todo el mundo que en el que ha vivido, en particular su querida madre. Otra opción seria hacer la gran "dos almas". Es algo que tendría que meditarlo.




Aquí creo que hay influencia de dos obras: por un lado, por aquella época acaba de ver El ultimo unicornio, adaptación de la novela de Peter S Beagle. También fue un tiempo en que mi mama estuvo muy grave de salud, entrando y saliendo de la clínica, la relación de ella y mi papá siempre fue compleja con más altibajos que alegrías, y mis hermanos que se dedicaban a darme palizas por el más mínimo error, convirtiéndome en el chivo expiatorio de sus frustraciones. Tiempos oscuros que duraron muchos años... Pero no es el lugar para esas divagaciones.



Otra influencia supongo es Leyenda, una curiosa película de fantasía oscura protagonizada por un jovencísimo Tom Cruise.




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